El Pelé blanco
Cuando Arthur Antunes Coimbra vio la luz por primera vez en la paradisiaca ciudad de Río de Janeiro, en el año de 1953, nació uno de los jugadores con más magia en la historia del futbol mundial. Zico ha sido de los futbolistas de piel blanca más famosos en Brasil y por lo mismo se le llegó a nombrar el “Pelé Blanco”. Sus características principales como jugador fueron su gran técnica y capacidad goleadora a pesar de jugar como mediocampista, marcando más goles que muchos de los mejores delanteros brasileños de todas las épocas.
Se inició en las infantiles de Flamengo a los 13 años y haría su debut en Primera un 8 de agosto de 1971 con tan solo 18 años. Anotó 20 goles en 22 partidos en su primera temporada, empezando a mostrar un futbol mágico combinado con talento excepcional, grandes regates y goles espectaculares, aunque en ocasiones se vio afectado por las lesiones que lamentablemente fueron vitales en el desarrollo de su deslumbrante carrera deportiva.
Sin duda un ícono del Flamengo e ídolo del Maracaná. Fue parte de la época más gloriosa de los “rubonegros” jugando 19 temporadas en las que, entre otros logros, salió campeón de Liga, ganó la Copa Libertadores y en una ocasión la Copa Intercontinental. Un jugador que hacía el gol decisivo, o daba el pase de gol en los momentos difíciles.
Para el año de 1983 se convierte en el jugador mejor pagado de la época al firmar con el Udinese de Italia, llegando con el tiempo a ser nombrado “el Rey de Udine”. El Udinese quiso hacer con Zico lo que el Napolí hizo con Maradona: un jugador enorme que pudiera llevar al título a un equipo mediano. El carioca dejó un buen recuerdo en Italia pero no llegó a ganar ningún campeonato.
Para los años de 1991 a 1994 y ya en la culminación de su carrera partió a la exótica liga de Japón con el Kashima Antlers para obsequiar al pueblo nipón cuatro maravillosos años de buen futbol que le valieron para tener su estatua y un mini museo en la ciudad de Kashima.
Con la selección “verdeamarella” disputó 71 partidos anotando 48 goles, cifra solo superada por Pelé y Ronaldo. Participó en los Mundiales de Argentina 78, España 82 y México 86, pero fue en la península ibérica en donde pudo mostrar su mejor futbol al lado de jugadores como Sócrates, Junior, Eder y Falcao, como parte de una selección maravillosa que pudo haber ganado aquel Mundial de no ser porque se topó con la Italia de Paolo Rossi que a la postre sería la campeona del mundo.
Además de su labor como entrenador, Zico también se interesó por la política, llegando a ocupar puestos relacionados a la promoción del deporte en el gobierno brasileño. Ya retirado, pero con la pasión de seguir jugando este deporte, incursionó en el futbol de playa y ganó los tres primeros torneos realizados de esta especialidad a nivel mundial.
