Un trinitario en la cúspide

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… Y no nos referimos a Jack Warner. Trinidad y Tobago nunca se ha caracterizado por ser una potencia en el mundo del futbol. Su máxima gloria la consiguió en 2006, cuando clasificó al Mundial de Alemania por la vía del repechaje, tras derrotar a Bahrein. Ya en la cita mundialista, consiguió el que hasta ahora es su único punto en la historia, un empate a cero goles contra Suecia en su debut. Después caería ante Inglaterra y Paraguay, pero quizá lo que más se recuerde del balompié trinitario no sean logros colectivos, sino los éxitos del mayor futbolista que ha dado ese país.

Dwight Yorke, nacido el 3 de Noviembre de 1971, debutó a los 18 años en el Aston Villa, donde permaneció durante nueve temporadas antes de ser llevado por Sir Alex Ferguson al Manchester United. El entrenador escocés observó durante varias campañas las cualidades goleadoras del caribeño y en 1998 por fin lo pudo incorporar al club para formar una delantera temible junto con Andy Cole, Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solksjaer.

Aquel equipo del Manchester United fue uno de los mejores de la historia. En esa temporada 1998-99, el equipo de Fergie conquistó el triplete, siendo el momento cumbre la remontada que parecía imposible ante el Bayern Munich en la final legendaria del Camp Nou. Yorke era titular indiscutible en ese equipo plagado de estrellas, muestra clara de que este futbolista de la CONCACAF alcanzó en algún momento la cúspide del futbol mundial.

A su salida de Old Trafford, en 2002, el delantero trinitario se enroló en las filas del Blackburn Rovers y después pasó al Birmingham City antes de emigrar al futbol de Australia para jugar con el Sydney. Regresó a Inglaterra y logró el ascenso con el Sunderland. Finalmente, se retiró de las canchas en 2009, después de veinte años de una fructífera carrera en la liga más exigente del mundo.

En la Copa del Mundo 2006, Yorke participó en los tres encuentros de su selección y así pudo cumplir un sueño que no estuvo al alcance de jugadores como George Weah, Claudio Pizarro, George Best, Jari Litmanen y su compañero en el United, Ryan Giggs, entre muchas otras estrellas que se privaron de jugar un Mundial por la debilidad de sus respectivas selecciones.

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