Por allá de 1996 se jugaba un torneo en Villaviciosa de Odón, un pueblo cercano a Madrid. En el equipo representativo de Albacete alineaba un joven menudito con el dorsal número 5 en la espalda, un niño que tocaba siempre de primera con una habilidad asombrosa para alguien de su edad. En aquel torneo, Andrés Iniesta y su equipo infantil regresaron con las manos vacías tras perder ante las infantiles de la Real Sociedad.

Un año después, regresaron al mismo escenario Andrés y su Albacete, pero todas las miradas estaban en un rubito del Atlético de Madrid llamado Fernando Torres y en De la Peña del Racing de Santander (primo de Iván, que jugaba para el primer equipo del Barcelona). Bueno, no todas. Ahí estaba presente Radomir Antic, quien junto a varios periodistas y para sorpresa de muchos, nombraron mejor jugador del torneo a Andrés Iniesta. El laureado técnico serbio declaró en aquel entonces: “todos hablan maravillas de los chicos del Racing, pero el que acabará siendo una estrella, posiblemente de selección nacional, es el 5 del Albacete. No comete errores. Ni uno solo en todo el torneo”.

La misma noche en que lo eligieron como el jugador del torneo, el Fantasmita acudió -siendo un adolescente todavía- a un programa de radio en el que le cuestionaron cómo era su vida familiar, a lo que el muchacho contestó, sin reparos, “mi padre es albañil, aunque cuando yo sea futbolista le voy a quitar de eso”. Su humildad y sus metas las tenía fijas desde entonces. Y también su pasión por el futbol, pues en esos ajetreados días el Albacete, equipo de sus amores, había bajado a segunda. Las lágrimas en sus ojos delataban el fervor por ese modesto club de su región natal.

El ojo clínico de un gran conocedor como Antic se notó cuando al poco tiempo, Iniesta se internó en La Masía como uno de los juveniles con mayor proyección para el Barca. Y su predicción del futuro fue todavía más asombrosa, pues catorce años después de aquella competencia infantil, Andrés marcaba el gol del título para su selección en la final de la Copa del Mundo…