Un milagroso doblete

bayern-cl-elf-514

El Bayern Munich, que en la final de la Champions League de 1999 ante el Manchester United sufrió la derrota más dolorosa de su historia, tuvo la suerte de que las cosas dieran un giro radical apenas dos años después. Toda la malaria que tuvo en aquella final que perdió con dos goles recibidos en tiempo de compensación, se convirtió en dicha y fortuna para la temporada 2000-01, cuando ganó el doblete más dramático del que se tenga memoria.

Todos los equipos que ganan dobletes o tripletes suelen hacerlo de manera hegemónica. A lo mucho en una de sus dos o tres conquistas tienen que sufrir para conquistarlas. Pero ese Bayern, que por cierto era un equipazo, estuvo a nada de quedarse sin ningún trofeo en aquella temporada… y la final terminó conquistando dos.

En la Bundesliga, el equipo bávaro peleó el título hasta la última jornada con el Schalke 04. Una derrota del Bayern en Hamburgo y un triunfo de los Mineros sobre el Unterhaching le daría la corona al equipo de Gelsenkirchen. Y así ocurría hasta el minuto 94, con el Schalke festejando el título tras vencer a su rival, y sabiendo que el Bayern estaba perdiendo 1-0 en Hamburgo a escasos segundos del final. Pero un providencial gol del sueco Patrik Andersson tras una insólita retención de balón que le señalaron al arquero rival, le dio el título al Bayern provocando el delirio de su afición.

Semanas después, en Milán, el Bayern regresaba a una final europea dos años después de la traumática derrota ante el United. Nuevamente el drama se hizo presente en cada minuto y en cada rincón de San Siro, con un valiente Valencia que tuvo contra las cuerdas al campeón alemán. Tuvieron que llegar hasta la definición por penales. Cinco disparos por equipo no bastaron y fueron hasta la muerte súbita donde se agigantó la figura de Oliver Kahn, consumando así el doblete en una temporada de muchísimo sufrimiento pero al final de grandes satisfacciones.

Decíamos que el Bayern tenía un equipazo en esa época. Oliver Kahn, Thomas Linke, el capitán Stefan Effenberg, Memet Scholl, Jens Jeremies, Michael Tarnat y Carsten Jancker constituyeron la base de la selección alemana que un año después sería subcampeona del mundo. También estaban los franceses Bixente Lizarazu y Willy Sagnol, el ghanés Samuel Kuffour, los brasileños Giovanni Elber y Paulo Sergio, el inglés Owen Hargreaves, el paraguayo Roque Santa Cruz, el bosnio Hasan Salihamidzic, el suizo Ciriaco Sforza y el ya mencionado Patrik Andersson, el héroe de Hamburgo, el que comenzó la historia de este milagroso doblete.

Deja una respuesta