Rastas goleadoras

Uno de los delanteros más temibles de su generación. Así fue el sueco Henrik Larsson, quien pasó la mayor parte de su exitosa carrera en el Celtic de Escocia, club en el que es considerado como uno de los más grandes ídolos de la historia. Quizá el haber estado en la liga escocesa fue uno de los principales motivos por los que Larsson no gozó de todo el crédito que merecía por parte de la prensa.

Ese crédito llegó cuando el sueco firmó con el Barcelona, en el verano de 2004. Su fama, que ya era grande desde que tuvo un extraordinario Mundial en 1994, aumentó considerablemente en el equipo blaugrana, mucho más mediático que su anterior club, aunque paradójicamente, Larsson ya no tenía el mismo nivel que en sus años de gloria con el club de Glasgow.

A pesar de haber arribado a Barcelona con 33 años cumplidos (un fichaje inédito considerando la edad del jugador y la jerarquía del club), el ariete escandinavo todavía mostró un gran futbol y fue pieza fundamental en la obtención de la segunda Liga de Campeones conquistada por el Barcelona, aquella en que derrotaron 2-1 al Arsenal en París, en 2006.

Larsson, que también jugó en Helsinborg y Feyenoord, participó en tres Mundiales y tres Eurocopas, y anotó nueve goles en total en ambas competiciones, lo que demuestra que siempre estuvo a la altura de las circunstancias. En 2005, fue nombrado el mejor futbolista sueco de los últimos 50 años y un año después fue condecorado con la Orden del Imperio Británico por su aportación al futbol escocés.

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