Los sanfermines y el futbol

Pamplona es de las pocas ciudades en Europa cuyo espectáculo más conocido NO es el fútbol. El Osasuna, que estuvo en Primera la temporada pasada, acaba de regresar a la segunda división, y a partir de Agosto buscará su retorno a la máxima categoría.

Pero mientras el equipo está inmerso en una época de crisis, el ritmo de la ciudad continúa como siempre, como desde hace más de un siglo, con 357 días al año de una absoluta tranquilidad, y 8 de una locura inmensa, extrema, apasionante. Los famosos sanfermines acogen cada verano a cientos de miles de visitantes de todas partes del mundo y sus encierros son seguidos por televisión por millones de personas en todo el mundo.

Algunos mozos, como se le llama a los osados corredores que cada mañana dejan correr la adrenalina por sus venas delante de los pitones de seis imponentes toros, aprovechan el impacto mediático del encierro para presumir la camiseta de su equipo de futbol favorito. Evidentemente, hay muchos corredores con la playera del Osasuna, pero también se pueden observar año con año aficionados del resto de España, así como italianos, croatas, mexicanos, argentinos, holandeses, brasileños y sobre todo, estadounidenses y australianos.

César CruchagaOtra relación del futbol con los sanfermines, es que en algunas ocasiones especiales, el capitán del Osasuna es el encargado de lanzar el chupinazo, dando inicio formal a esta fiesta internacional. Normalmente lo hace el alcalde de la ciudad, pero también algunos futbolistas navarros han tenido ese privilegio. César Cruchaga, ex jugador del equipo rojillo, es uno de los habituales corredores que desafía a los toros de hasta 600 kilos por las calles de Pamplona. Lo hacía cuando estaba en activo y ahora en el retiro, con mayor razón. De correr detrás de Messi a correr delante de los astados.

Vino, fiesta y toros son las tres palabras que definen la semana de San Fermín, una fiesta que este año recaudará 74 millones de euros, cifra alucinante si consideramos que se celebra del 7 al 14 de Julio, es decir, que la derrama económica ronda los 10 millones ¡al día!. Con el Osasuna viviendo una de las peores crisis económicas y deportivas de su historia, qué bien le caería una inyección de 74 millones de euros al club. Lamentablemente para ellos, en esa tierra manda el toro y no el futbol.

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