Los años no pasan…

Por Ulises Vidaña

En la década de los 60’s el empresario Emilio Azcárraga Milmo tenía la visión de crecer el futbol de nuestro país. Las acciones que llevaron a Azcárraga a construir ese recinto las seguimos apreciando hoy en día, pues dejó una marca en la ciudad de México, aquella que en el antiguo ejido de Santa Ursula podemos ver hoy como el majestuoso Estadio Azteca.

Para la construcción de este estadio, se realizó un concurso para definir quién sería la persona que diseñaría el proyecto, siendo Pedro Ramírez Vázquez el arquitecto que tuvo dicho honor. En 1962 se colocó la primera piedra que llevaría a lo que hoy vemos como uno de los estadios más grandes del mundo. El presidente de México, Adolfo López Mateos, y el presidente de la FIFA, Sir Stanley Rous, estuvieron presentes en ese gran momento de la historia este recinto.

Cuatro años después llegó el momento de la magna inauguración del Estadio Azteca, nombre que obtuvo por medio de un concurso. La fecha histórica fue el 29 de mayo de 1966 con una asistencia de 105,000 espectadores, los cuales presenciaron el célebre partido entre el América y el club italiano Torino, que terminó en un empate a dos goles.

El estadio, que actualmente es sede para los partidos del Club América y de la selección mexicana, ha sido remodelado y acondicionado en varias ocasiones, adaptándose al transcurrir de los años. Nuevamente, el coloso de Santa Ursula está ante las puertas de una remodelación más, la cual le dará un toque futurista que mejorará varios aspectos del inmueble, manteniéndose entre los más funcionales del mundo, a pesar de que ya tiene 49 años de edad.

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