Hugo Sotil

Sotil Perú

Mucho antes que Diego Simeone, hubo otro Cholo que representaba con orgullo y dignidad al continente joven en el fútbol del otro lado del charco. Hugo Sotil nació en Ica, Perú un 18 de Mayo de 1949 y a los 24 años emigró a Europa para enrolarse en las filas del FC Barcelona, donde fue pieza clave en el renacer de un club que había pasado una década y media a la sombra del Real Madrid. Para el Perú, para el barcelonismo, y para cualquier buen aficionado al fútbol, recordar a este enorme jugador y leer su historia, es imprescindible.

Hugo Sotil era el típico jugador de potrero: habilidoso, gambetero y pícaro, pero también indisciplinado, rebelde y fiestero. Cuenta la leyenda que bajaba por las ramblas en un Ferrari amarillo, que en ocasiones iba del bar al campo de entrenamiento sin pasar por la cama, que tuvo un amorío con la actriz Nancy Cross, e inclusive el club aceptó que le puso un detective privado cuando le aplicó una multa por indisciplina. Con todo y eso, cualquier aficionado catalán que haya visto jugar al menudito peruano, recordará más sus proezas dentro de la cancha que lo que sucedía fuera de ella.

Un cholo en la Ciudad Condal

En 1973, Sotil llegó a un Barcelona ávido de trofeos, que tenía 14 años sin ganar la liga, una barbaridad para un club de esa jerarquía y una angustia tremenda si consideramos que su acérrimo rival, el Real Madrid, ganó 9 títulos en ese lapso de ayuno catalán. De hecho, hasta 1960, los Culés habían ganado dos ligas más que los Merengues. Esa década marcó el inicio de un dominio absoluto del equipo capitalino y había que sacudirse esa jettatura como fuera.

El trofeo Joan Gamper no representa un simple partido de pretemporada. Es, digamos, la presentación “en sociedad” de los nuevos fichajes blaugranas. El de 1973 fue especial por donde se le quiera ver. En él participaron el Borussia Mönchengladbach alemán, el San Lorenzo argentino, y el Municipal de Lima, el equipo peruano del que provenía el flamante refuerzo culé, Hugo Sotil.

A diferencia de lo que sucede ahora, en aquella época el Gamper era un cuadrangular que se disputaba en dos jornadas. Sotil debutó ante su ex equipo y al día siguiente enfrentó al conjunto germano. Con su personalísimo estilo, el atacante peruano se ganó a la exigente grada del Camp Nou al poco tiempo de aterrizar en Barcelona. Y lo hizo de una manera auténtica, sin poses falsas, sin mentiras ni engaños. Lo hizo, sobretodo, regateando.

Ya lo dijo el periodista catalán Ramón Besa I Camprubí: Jugador de área, el Cholo era muy hábil y eléctrico, manejaba los dos perfiles, sabía improvisar y se ganaba fácilmente posiciones rápidas para el pase o el tiro con sus quiebros o gambetas, generaba espacios cortos para su fútbol y grandes para sus compañeros. Sotil era además muy generoso, acompañaba muy bien la jugada, con o sin paredes, y difícilmente perdía la pelota. Futbolista fuerte y valiente, de una gran resistencia física, aguantaba las patadas de los zagueros, difícilmente le tiraban o movían de su zona y ponía siempre sus tobillos al servicio de la causa barcelonista.

Neeskens, el 0-5 y Europa

Apenas un año después de su llegada a Barcelona, con las mieles del título de liga conseguido en 1974 todavía en los labios y con la tribuna completamente enamorada de su fútbol, sucedió lo impensado. Por una confusión en los escritorios, el Barcelona no tenía cupo para más de tres extranjeros y Sotil, que esperaba su carta de naturalización en dos meses, no la pudo obtener y paró un año de jugar. Después de eso ya nunca fue el mismo. Hay quien dice que Rinus Michels orquestó la marginación del peruano para darle cabida a su paisano Johan Neeskens, pues aseguraba que con el portentoso volante holandés, el equipo ganaría la Copa de Europa. Al final, el Barça se quedó sin Copa de Europa y sin Sotil, y no volvió a ganar la Liga sino hasta 1985, pero al menos se quedó con el recuerdo de un 0-5 de locura en el Bernabéu, partido en el que Hugo firmó el quinto y último gol de la que había sido la goleada más humillante del Barcelona al Madrid hasta que llegó el clan de Messi y clavó un 2-6 en ese mismo escenario, en 2009. El único título de liga que ganó el Barcelona en 25 años llegó justamente en la temporada en que más brilló el “Cholo” junto al crack holandés Johan Cruyff. Un año guardado en las páginas doradas de la entidad culé.

La Santísima Trinidad

Una de las mejores selecciones sudamericanas de todos los tiempos fue el Perú de los 70’s. Junto a Sotil brillaban también Teófilo Cubillas y el ex atlista Héctor Chumpitaz, formando así una ofensiva de ensueño conocida como la “Santísima Trinidad”. El representativo inca ganó la Copa América de 1975 bajo el cobijo de estos tres ases del balompié, y se metió entre las ocho mejores selecciones del planeta en las Copa del Mundo de México 1970 y Argentina 1978, en las que Sotil participó en siete encuentros. Desde entonces, el Perú no ha vuelto a tener un equipo que siquiera se acerque a ese nivel competitivo que tenía en la década más gloriosa que ha vivido el balompié inca.