¿Dónde está René? Preguntaba intranquilo César Luis Menotti. Nadie le sabía responder. Conocido por su excéntrica personalidad, Houseman solía desequilibrar con regates y fintas a una velocidad insólita para la época, portando la camiseta de Huracán en los 70’s.

Como muchos otros argentinos, Houseman empezó jugando en un potrero hasta que un cazatalentos lo descubrió, comenzando su camino a la fama y una peculiar forma de lidiar con ella. Destacó en Huracán, River Plate, Independiente y Colo Colo, y fue campeón del mundo en 1978.

El “Loco” solía beber por las noches e incluso dicen que llegó a jugar con una tremenda resaca en un partido entre Huracán y River en 1975. Aún con esa “cruda”, metió el gol del triunfo. Después le contarían que tras el gol comenzó a reír y quedó tirado en el suelo, exhausto, tras la juerga de la noche anterior. Se hizo el lesionado, pidió su cambio y se marchó a dormir una siesta.

¿Dónde estaba René? Menotti lo encontró viendo una “cascarita” en un barrio con un grupo de jóvenes, aún con la fama y el dinero que ya poseía a esas alturas de su carrera. ¿Qué hace acá sentado, René? Y el Loco, ajeno al enfado de su técnico y creyendo que se refería a su condición de suplente, le respondió: ¿Vio cómo juega el 11, César?

Texto de Adrián Ojeda con extractos de Relatos solidarios, Págs. 57-59. Fabián Ortiz.