El Pibe que más pensaba

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El fútbol colombiano, hoy respetado en todo el mundo, tiene un antes y un después de Carlos Valderrama, probablemente el jugador más talentoso en la historia de ese país. El «Pibe», como era conocido universalmente, se caracterizaba principalmente por dos cosas: una era su espectacular cabellera, rubia, rizada y abundante, pero sobre todo destacaba por su extraordinario toque de balón de primera intención.

Valderrama nació en 1961 en Santa Marta y debutó a los 20 años de edad con el Unión Magdalena, donde jugó tres años antes de tener un breve paso por Millonarios. Fue en el Deportivo Cali, entre 1985 y 1988, donde la carrera del «Pibe» tomó un vuelo definitivo y consagratorio en su natal Colombia, pero su fama internacional comenzó a crecer cuando dio el salto al futbol europeo, arribando al Montpellier de Francia.

La aventura de Valderrama en el Viejo Continente duró solamente cuatro temporadas, entre 1988 y 1992. Las tres primeras las jugó en la liga francesa, y después se enroló con el Real Valladolid, donde estuvo un año antes de regresar a su país para jugar con Independiente de Medellín y Junior de Barranquilla. Los últimos años de su carrera los pasó en Estados Unidos, abriendo las puertas de la liga estadounidense a muchos jugadores latinos que llegaría más adelante.

Pero lo mejor de este grandioso mediocampista se pudo ver cuando vistió la camiseta de su selección, sobre todo en Copas del Mundo y Copas América, siempre a la altura de las circunstancias. Valderrama jugó los Mundiales de 1990, 1994 y 1998, y marcó un gol, pero cualquiera que lo haya visto jugar sabrá que su gran aportación al futbol colombiano poco tuvo que ver con goles, más bien con un estilo de juego de cadencia, toque de primera y una grandísima clase, estilo que ha influenciado a grandes futbolistas cafetaleros de generaciones posteriores, siendo James Rodríguez el ejemplo más palpable.

Valderrama pensaba las jugadas aún antes de que éstas sucedieran y por eso siempre tenía la mejor solución. Eso es algo que hoy en día es muy difícil de encontrar, aún en los mejores mediocampistas del mundo. Su eficiencia en los pases que daba era altísima, pero en su época no se le prestaba mucha atención a esa estadística, como se hace hoy con jugadores del estilo de Andrés Iniesta. Bueno, pues sin temor a exagerar, el «Pibe» era como un Iniesta de otras épocas, con la diferencia de que no portaba la camiseta del Barcelona.

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