Juventus y Real Madrid, los dos equipos que marcaron la carrera de Zinedine Zidane. Uno porque fue el equipo que lo proyectó al estrellato mundial, el otro porque fue donde terminó de consagrarse como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Curiosamente, en ninguno de estos equipos, Zizou pudo portar el emblemático número 10 que sí lo distinguió con la selección francesa. Tampoco en sus inicios: en el Cannes jugó con la 11 y en el Bordeaux portó el número 7.

Cuando llegó el jugador galo a Turín, ya se había apoderado de la camiseta número diez un tal Alessandro Del Piero, la joven estrella del equipo que con el paso del tiempo se convertiría en el máximo ídolo en la historia del club. Y en Madrid la historia no fue del todo distinta. En esta ocasión, el que jugaba de «10» se encontró con que esa camiseta ya le pertenecía a otro crack, el portugués Luis Figo. En la Juve, Zidane eligió la 21. En Madrid, extrañamente, la número 5.

Zidane desembarcó en Italia en una época dorada. El equipo de Turín había ganado la Champions League justamente la temporada previa a la llegada del genio francés. Ya con el mejor mediocampista del mundo en sus filas, el equipo italiano llegó a dos finales más, para sumar tres de manera consecutiva, pero el aporte de Zidane no fue suficiente para evitar que su equipo cayera derrotado en ambas ocasiones, primero ante el Borussia Dortmund y después, precisamente contra el Real Madrid, el que sería su próximo destino.

De la misma manera, al arribar a Madrid, las cosas marchaban viento en popa. Los Merengues ganaron la Liga de Campeones en el 2000, y el marsellés llegó en el verano del 2001 para hacer todavía más galáctico un plantel que de por sí ya estaba atiborrado de estrellas. La única y gran diferencia en su paso por Madrid, a diferencia de la Juventus, es que en la capital española sí pudo ganar la Champions, la única de su carrera.