Como sucede en casi todas las capitales del mundo, en Estambul no basta con un equipo de fútbol para representar a la ciudad. Sobre la misma tierra en la que se levantó el Imperio Otomano que sucedió a la era de Constantinopla, hoy el fútbol es el deporte que más apasiona en la capital turca, con tres equipos que se disputan la popularidad y casi siempre los títulos de la liga: Galatasaray, Besiktas y Fenerbahce. El Estambul, de menos historial y palmarés, se ha posicionado como el cuarto club de la ciudad.

Estambul es una de las tres ciudades transcontinentales que hay entre Europa y Asia,y con 14 millones de habitantes, es la urbe más poblada del Viejo Continente. Su importancia histórica ha sido tal que fue sucesivamente capital del Imperio Romano, del Imperio Bizantino (también llamado imperio Romano de Oriente), del Imperio Latino y finalmente del Imperio Otomano, hasta convertirse en la Estambul actual.

El fútbol llegó a esta ciudad hace más de cien años a través de inmigrantes ingleses, como sucedió en prácticamente todos los países que adoptaron este deporte nacido en Inglaterra. Con el paso del tiempo, el juego adquirió popularidad y se fueron formando clubes que poco a poco adquirieron popularidad en la ciudad y en otras regiones del país. Entre 1905 y 1910 se fundaron los tres equipos que hoy en día, más de un siglo después, siguen vigentes, dominando el balompié en Turquía.

Primero fue el Galatasaray en 1905, después el Fenerbahce en 1907, y tres años después, el Besiktas. El Estambul es un «bebé» comparado con sus vecinos. Fue fundado en 1990, por lo que apenas está cumpliendo su primer cuarto de siglo y no ha conquistado ningún título de liga. De hecho, acaba de subir a la Primera División en esta temporada. La modestia de este equipo contrasta con los 19 campeonatos de liga del Galatasaray y del Fenerbahce, y los 11 del Besiktas.

La afición al fútbol, caliente y apasionada, refleja a la perfección el carácter de los turcos: combativos, territoriales, expresivos y en ocasiones hasta violentos. Hay ya varios antecedentes en partidos ya sea de la selección turca o de alguno de los tres clubes de la ciudad, en los que la pasión excede a la razón y se desatan disturbios. No en vano, los equipos que van a jugar allá, tienen que pasar por una aduana bautizada como el «Infierno de Estambul».