De chofer a futbolista

Desmarets

Yves Hadley Desmarets era un chico francés de clase baja que tenía que ganarse el pan de cada día como conductor de un autobús parisino en el turno de la noche. Su sueño había sido el mismo de muchos niños: convertirse en futbolista profesional, pero a sus 27 años ese era un tema que ya había olvidado. Aún con lo complicado de su horario laboral, Desmarets fichó como jugador amateur por el Les Lilas de la quinta división francesa, ya que el modesto club le garantizaba un puesto de trabajo en la mencionada empresa de autobuses.

Un buen día, el entrenador del Vitória de Guimaraes, equipo que acababa de bajar a la segunda categoría del fútbol portugués, acudió a París a presenciar un partido del Les Lilas, pues le habían recomendado a dos jóvenes de ese equipo. Qué caprichoso será el destino que ese día al francés le salió todo bien y cautivó al técnico visor, que a los pocos días lo contactó para ofrecerle un contrato en el club lusitano. En un principio, Desmarets pensó que se trataba de una broma, pero el técnico volvió a llamarle indicándole que tenía un boleto de avión a su nombre para que de inmediato viajara a Portugal.

Este afortunado jugador renunció a su trabajo de chofer y se mudó a Guimaraes con toda su familia. Unos días después, el galo estaba firmando, a los 27 años de edad, su primer contrato profesional. El cambio no fue sencillo, pues en el equipo amateur en el que jugaba entrenaba dos días a la semana, y ahora era un profesional del fútbol, la exigencia era mucho mayor pero la recompensa era grande. Las buenas noticias no cesaron. El Vitória ascendió a Primera, al año siguiente logró el tercer puesto que le dio el pase a Champions League y Desmarets amplió su contrato por tres años más.

Consolidado en Portugal, ya con 31 años, nuevamente Desmarets dio un salto en su carrera, ayudado de una nueva dosis de fortuna. Miguel Ángel Lotina, técnico del Deportivo La Coruña, buscaba un lateral izquierdo para cubrir la salida de Filipe Luis y le recomendaron a un jugador del Guimaraes. Pero al míster del equipo gallego no lo convenció aquel defensor y en cambio quedó encantado con Desmarets, lo llevó a Riazor y el resto fue todo un cuento de hadas. Por la televisión, sus ex compañeros de trabajo y de su antiguo equipo amateur lo veían enfrentarse a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en la Liga de España.

“Si alguien me hubiera dicho que a los 31 años iba a jugar en el Depor y frente a equipos como el Barca, le habría dicho que estaba loco. No lo podía imaginar ni en el mejor de mis sueños”.

 

Texto de Adrián Ojeda con extractos de Relatos solidarios, Págs. 107-110. Edu Polo.

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