Por Adrián Ojeda

Por algo le llaman «El Gran Circo». Después de 23 años, y aunque tuve la oportunidad de asistir al Gran Premio de China en 2006 -por cierto la última victoria en la ilustre carrera de Michael Schumacher-, la Fórmula 1 ha regresado a México y con esto, he comprobado con mis propios ojos, por qué se le denomina así a la categoría reina del automovilismo.

La F1 es mucho más que una simple carrera de 71 vueltas o dos horas en la que dos decenas de pilotos pisan el acelerador al máximo para lograr el sueño de ver ondeando la bandera a cuadros y después la bandera de su país. Es más que una estrategia en pits y el talento para maniobrar en busca del ansiado rebase a sus rivales.

La carrera es lo más importante, sí, pero alrededor de ella hay mucho glamour y un ajetreo constante: alfombras rojas, cocteles, entrevistas y firmas de autógrafos, de tal forma que la agenda de los pilotos está llena también fuera de la pista. Por mencionar un ejemplo, Lewis Hamilton estuvo en la Arena México y se dio tiempo de pelear con El Místico y de jugar un futbolito con Oribe Peralta, con la narración de Luis García Postigo, en un evento muy original organizado por la marca alemana Puma, patrocinadora del tricampeón mundial.

Más tarde, pilotos como Sergio Pérez, Pastor Maldonado, Nico Hulkenberg, Marcus Ericsson y Felipe Nasr acudieron a un exclusivo bar de Polanco para convivir con los fanáticos y cumplir también con sus compromisos comerciales. El español Fernando Alonso estuvo en el Museo del Cárcamo en el Bosque de Chapultepec, departiendo con diversas personalidades de la farándula mexicana como Montserrat Olivier, Galilea Montijo y José María Torre, entre muchos otros.

Si alguna vez se preguntaron, como yo me lo preguntaba en mi infancia, por qué le dicen «El Gran Circo» a la Fórmula 1, he ahí la respuesta. Hay que tenerla cerca, hay que estar ahí y vivirla, para darse cuenta de la magnitud del evento y de la importancia de que nuestro país tenga una fecha en el calendario. La presencia está asegurada hasta el 2019. Ojalá sean muchos años más…