¿Será que veremos el próximo verano una Eurocopa sin la selección holandesa? A falta de dos jornadas para la conclusión de las eliminatorias para Francia 2016, la Naranja Mecánica se encuentra fuera de la zona de clasificación. Lo increíble es que ni siquiera alcanzaría la zona de repechaje si hoy concluyera la fase clasificatoria, y más increíble es, porque el número de participantes se amplió a 24 para esta edición. Hasta la Euro 2012, solamente había 26 cupos, de tal forma que los holandeses ya estarían completamente eliminados bajo el formato anterior.

Con 18 pasajes directos de la zona de grupos y una repesca con los mejores terceros, es absolutamente ridículo que los holandeses estén a punto de quedar fuera del máximo torneo continental. Todavía les queda una pequeña luz de esperanza, pero ya ni siquiera dependen de ellos mismos. Tendrían que derrotar a Kazajistán (que a como está Holanda no parece 100% seguro) y después a la República Checa, y esperar por lo menos una derrota de Turquía en sus dos últimos partidos ante los mismos checos e Islandia.

Menos mal que el resto de los gigantes europeos marchan con paso firme en la eliminatoria. Francia está clasificado como país organizador de la manifestación, y en casi todos los demás grupos podemos encontrar líderes con nombres ilustres, destacando Inglaterra, que con paso perfecto ya está clasificada, y también aparecen Italia, España, Alemania y Portugal, que están en posición inmejorable para en las dos últimas jornadas amarrar su boleto.

Lo sorpresivo viene cuando revisamos el resto de los grupos y vemos que Irlanda del Norte, Islandia, Gales y Austria también están como líderes. A esto se le puede dar una doble lectura: o las distancias en el futbol definitivamente se han acortado, o la UEFA intencionalmente, cada vez hace los grupos más equilibrados dándole «chance» a las selecciones que nunca participan de sus torneos. Sin quitarle mérito a los norirlandeses, viendo a sus rivales de grupo podemos darnos una idea del por qué marchan como líderes. Será entonces una Euro con muchos nuevos invitados y, muy probablemente, con la ausencia inesperada y triste de un gigante del futbol mundial.