El penal errado por Alfonso González en el clásico tapatío ha dado muchísimo de qué hablar. No porque lo haya fallado, sino por cómo lo falló, en qué momento y en qué escenario. Corría el minuto 94 del Atlas-Guadalajara cuando el joven de 20 años, uno de los futbolistas con mayor proyección en México, tomó el balón para disparar un penal que le daría el triunfo al equipo rojinegro. El único detalle es que lo pateó «a lo Panenka»… y lo falló.

Esta acción ha abierto un debate entre quienes lo califican de irresponsable y los que admiran su atrevimiento. Hay escenarios para los consagrados, y escenarios para consagrarse. Para «Ponchito» no fue ni uno ni otro. Esa decisión de patear así le costó un triunfo a su equipo, pero a él no debe marcarle su carrera. Le queda una larga trayectoria y mucho aprendizaje por delante. Además, lo hará al lado de Tomás Boy, uno de los técnicos más conocedores que hay en el fútbol mexicano.

Es absurdo comparar a González con algunos genios del fútbol mundial que se han atrevido a realizar ese disparo en escenarios tan grandes como la Eurocopa o la Copa del Mundo. ¿Valentía? Sí, podría decirse que hay que ser valiente para patear así, pero también ayuda tener atrás el respaldo de una carrera exitosa. Precisamente porque, en caso de fallar, hay muchos otros argumentos para defender la osadía del jugador. Así es que, si hubiera algo que recriminarle al atlista, sería el momento que eligió para realizar esa acción. Y con momento no me refiero al partido ni al minuto, sino al inicio de una prometedora carrera. Esos lujos son para los consagrados…