Cuatro jornadas del Clausura 2015 y el rumbo que ha de tomar la relación Ronaldinho-Querétaro está cada vez más incierto. Si en el torneo anterior quedó a deber, en éste las cosas se han tornado más complicadas. El astro brasileño no es titular, juega poco y cuando lo hace apenas muestra algún destello de su talento. Acaba de disputar su primer partido del año jugando solamente 28 minutos ante Santos Laguna, tiempo insuficiente para mostrar su calidad pero suficiente para recibir una amonestación por fingir una falta en los últimos minutos del partido. A esto habrá que aumentarle ciertos rumores de divisionismo en el vestuario de los Gallos y tendremos como resultado un panorama muy complejo.

Ronaldinho está todavía en una edad en la que podría rendir mucho más de lo que lo ha hecho en Querétaro, sobre todo si lo comparamos con jugadores más veteranos que siguen jugando en ligas mucho más competitivas, como Francesco Totti en Italia, Xavi Hernández en España o Didier Drogba en Inglaterra, por mencionar algunos. ¿La clave? Disciplina y profesionalismo. Jugar después de los 35 años en Europa implica muchísimos sacrificios sobre todo fuera de la cancha, que van desde la dedicación, exigencia y preparación física para enfrentar a rivales veinteañeros, hasta la alimentación y las horas de descanso.

Esto es algo que ha olvidado Ronaldinho, no ahora, sino desde sus épocas de gloria en el fútbol europeo. ¿Que se podía y todavía se puede permitir ciertos lujos gracias a su impresionante talento? Sí, pero el tiempo siempre termina por pasar factura, y llevar un ritmo de vida lleno de fiestas nocturnas y bebida termina por afectar el rendimiento, sobre todo cuando estamos hablando de un atleta de elite. El futuro de Dinho está entre Brasil y la MLS, mientras que en La Corregidora siguen, y seguirán por un buen rato, esperando que comience la magia. Si es que todavía queda algo de combustible en su brillante carrera, seguramente lo derramará en otro lugar. En México, esta fugaz relación se acerca a su fin.