¿Por qué el Morelia NO es una sorpresa?

A muchos les ha sorprendido que el Morelia se haya colado entre los cuatro mejores equipos del fútbol mexicano.  Pero quizá esta actitud sorpresiva de la mayoría de la prensa y afición, se debe a su desconocimiento sobre el equipo michoacano. Tras salvar la categoría en el último instante del célebre partido ante Monterrey en la temporada anterior, la directiva monarca hizo lo más sensato que podía haber hecho (y de paso, cambió esa infausta costumbre de desmantelar al equipo cada vez que llegaba una jugosa oferta desde otro escritorio) y ahí están los resultados.

El Morelia mantuvo a prácticamente todo el plantel que logró la salvación y el pase a la liguilla, pero era evidente que si querían aspirar a algo más que a una salvación, había que asegurarse de hacer dos cosas antes que nada. La primera era retener a la columna vertebral que fue fundamental para que hace seis meses la Monarquía alargara a 36 años, su estancia ininterrumpida en la Primera División. Sebastián Sosa, con solo dos partidos en liga y una decena en Copa, se convirtió en ídolo de la afición, y en este torneo lo ha ratificado. El brazo de Gabriel Achilier luce un meritorio gafete de capitán, y nadie ha marcado más goles que Raúl Ruidíaz en los últimos tres campeonatos. De hecho, dos de los tres goles que catapultaron a semifinales al equipo rojiamarillo fueron cortesía del peruano.

Lo segundo, apuntalar algunas zonas del campo en las que el equipo «flaqueaba». Y hacerlo sin la chequera que poseen los tres equipos que hoy lo acompañan en este barco llamado semifinal, representaba todo un reto. No era necesario que llegaran 10 refuerzos, pero regresaron dos jugadores de la cantera, que sienten los colores y que lejos de casa, habían madurado como futbolistas. Ni Carlos Guzmán ni Ángel Sepúlveda comenzaron el torneo como titulares, pero las cosas caen por su propio peso, y hoy son inamovibles en el once de Roberto Hernández. A la columna vertebral y a los refuerzos, hay que sumarle nombres como los de Diego Valdés, Sebastián Vegas, Rodolfo Vilchis, Gerardo Rodríguez y Mario Osuna, pilares en el éxito del semestre anterior y en este «sorprendente» pase a semifinales.

Curiosamente, el escollo que se encuentra entre el Morelia y la final del Apertura 2017, es el mismo que hace seis meses se cruzaba en el camino hacia la salvación: el Monterrey. De manera prácticamente unánime, la gente no le da esperanza alguna a los michoacanos de avanzar a la final. El poderío del cuadro regiomontano es evidente, pero ¿qué hubiera sucedido si aquel 6 de mayo de 2017, el equipo moreliano hubiese encarado la decimoséptima y última jornada con el pesimismo que hoy lo rodea de cara a la eliminatoria contra el líder de la competencia? Hoy el Morelia estaría en segunda división. Afortunadamente para su afición, este plantel y su técnico no conocen de límites y creen en ellos mismos más que nadie. ¿Será que por segunda vez en menos de seis meses, logren la hazaña de ganar en Monterrey contra todos los pronósticos?

 

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