Perseverancia

DEPORTIVO REAL MADRID

Por ADRIÁN OJEDA

Perseverancia es la palabra que mejor define a Javier Hernández. Esa palabra lo ha acompañado durante toda su carrera. Desde que se quedó fuera de la lista de convocados por Jesús Ramírez para el Mundial Sub-17 de Perú 2005, hasta sus inicios profesionales en el Guadalajara, cuando no jugaba mucho, y ni qué decir del desprecio de Javier Aguirre para no darle la titularidad con la selección mexicana en 2010 y de Miguel Herrera en 2014. Pocas oportunidades en sus dos últimos años en el Manchester United y aún menos esta temporada en el Real Madrid.

Y sin embargo, cuando tiene una oportunidad generalmente la ha aprovechado gracias a esa perseverancia y a ese carácter. Y después está también la parte humana. Haber aceptado que en esta misma temporada ha derramado lágrimas de impotencia ante las escasas oportunidades de jugar, es una muestra de hombría y de amor propio.

No voy a decir que el Chicharito es un crack ni mucho menos. Incluso podría decir que es todo lo contrario al tipo de futbolista que a mi personalmente me deleita: el elegante, el que improvisa, el que tiene magia, el que tira un caño y detecta espacios donde nadie más los ve. Hernández no tiene nada de eso, de lo que le sobra a Pirlo, Xavi o James. Pero, ¿acaso no tiene más mérito un jugador sin talento innato pero trabajado a través de los años?

Hay quien le atribuye a la suerte la carrera de Chicharito. Yo le atribuyo esas declaraciones a la amargura de quienes las profesan, quizá inmersos en una vida mediocre y con poco sentido, que el éxito ajeno hace que les hierva la sangre. Y sí, haber jugado en dos de los clubes más poderosos del mundo, por más que mucho tiempo lo haya pasado en la banca, habla de un profesional exitoso.

El gol contra el Eibar tampoco es para desgarrarnos las vestiduras en favor de Hernández, pero sirve para recordarle a sus detractores que cuando juega, es efectivo. Estamos en plena jornada 31 en España, quedan solo 7 por disputar, y Hernández ha jugado 336 minutos en todo el año, lo que equivale a ¡menos de cuatro partidos completos! Sus cuatro goles, producción raquítica para quienes juzgan sin analizar (que son los más) y excelente para quienes analizamos el escenario completo antes de emitir un juicio (que somos los menos), dan un promedio de un gol cada 84 minutos, es decir, más de un gol por partido.

Para darnos una idea, Karim Benzema tiene un promedio de un gol cada 150 minutos. Anota mucho más, pero también juega mucho más. A mí, como a cualquiera que sepa apreciar este deporte, se me hace un jugador mucho más completo el francés que el mexicano. No me voy a envolver en la bandera y decir que no es así, porque además Benzema genera muchísimo juego, vamos, es un crack en toda la extensión de la palabra. Simplemente vale la pena aclarar que los números de Hernández distan mucho de ser desastrosos, como mucha gente quiere hacerlo ver.

Habrá sido una gran experiencia el haber convivido este año con los mejores jugadores del mundo en el Real Madrid, pero creo que Javier debería buscar otro destino. Ya ha demostrado una y otra vez que sabe hacer goles, y los seguirá haciendo en el sitio al que vaya. Ojalá que ahora sí recale en un club donde tenga oportunidad de ser titular, o al menos jugar algo más que diez míseros minutos por partido…

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