El cancerbero mexicano, Francisco Guillermo Ochoa, es sin duda alguna el portero más mediático de nuestro país desde el retiro de las canchas del mítico Jorge Campos. A partir de su debut en el arco de las Águilas del América, en aquel lejano 15 de febrero del 2004, comenzó a acaparar reflectores por su juventud y por la seguridad que mostraba debajo de los tres palos. Reflejos, atajadas impresionantes y un pronto campeonato en el Apertura 2005 de la mano de Mario Carrillo, lo llevaron a consolidarse con el conjunto de Coapa.

Tras 7 años y 239 partidos ligueros con América, Ochoa cumplió su sueño de ser el primer arquero mexicano en emigrar al fútbol del Viejo Continente. ¿Cuál fue su destino? El Ajaccio de Francia, club de la isla de Córcega. Tras infinitos cuestionamientos de la afición y prensa mexicana por firmar con un club de tan bajo presupuesto y nula historia, Guillermo Ochoa comenzó a ganarse el respeto de sus colegas y la prensa de la Ligue 1 con grandes actuaciones. Tras tres años en el conjunto francés, consolidado como ídolo y siendo reconocido como uno de los mejores porteros de la liga a pesar de ser uno de los más goleados, consiguió el objetivo de ser el arquero titular de la Selección Nacional en el Mundial de Brasil 2014.

Sin duda alguna, el haber sido espectador desde el banquillo en los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 lo impulsó a ser una de las principales figuras del campeonato mundial en tierras amazónicas. Reconocido mundialmente por su actuación ante el anfitrión en fase de grupos ‘Paco Memo’ se ganó el respeto y cariño de la prensa internacional lo cual lo catapultó a formar parte de la lista de deseos de grandes clubes europeos, entre ellos estaban el Liverpool de Inglaterra y el Milan de Italia. Al concluir la justa mundialista, para sorpresa de todos, Ochoa firmaría contrato con el Málaga español en el cual militó dos temporadas donde compitió por el puesto titular con el arquero camerunés Carlos Kameni.

Al terminar su etapa en el conjunto malagueño partió rumbo a Granada en calidad de préstamo pasando sin pena ni gloria y sin poder evitar el descenso a la Segunda División de España. No cabe duda que su estancia en tierras ibéricas dio vuelo a las críticas, principalmente de medios nacionales, los cuales abrieron la interrogante de si la carrera del arquero mexicano iba por buen rumbo y cuestionando así la labor de su representante.

Actualmente Guillermo apostó por el fútbol belga firmando un contrato vigente hasta el 2020 con el Standard de Lieja. Hoy Memo se acerca más a su sueño. Los objetivos en sus anteriores equipos habían sido salvarse del descenso y competir, hoy la cosa cambió. El Standard tiene la misión de pelear por el título y sobre todo, meterse a Champions League. Esa es la verdadera razón por la que Ochoa decidió quedarse en Europa.

Entiendo que criticar a ‘Paco Memo’ por irse a un fútbol prácticamente desconocido ante los ojos del mundo es lo más sencillo. Y no solamente a Memo, criticar la labor de su representante, Jorge Berlanga, resulta aún más sencillo. Pero, ¿qué nos hace ser así de «críticos»? ¿Sabemos acaso a la perfección cómo funciona el fútbol actualmente? ¿Consideramos que el mercado de fichajes es como un videojuego en donde se compra y se vende al antojo? Ochoa es el único portero del fútbol europeo que no tiene pasaporte comunitario, ningún equipo importante va a sacrificar una plaza de extranjero en un portero, esa es la realidad. Prefieren hacerlo en delanteros o medios ofensivos.

En proceso de conseguir su pasaporte comunitario, Ochoa aspira a tener un año brillante en Bélgica para así llegar a tono al Mundial de Rusia 2018 que podría servir como vitrina para alcanzar la gloria en algún club europeo de renombre.

Ahora, entendiendo todos estos factores, ¿tiene mayor relevancia la pobre labor de su representante o vale más el atrevimiento del arquero mexicano por trascender y alcanzar la gloria deportiva por medio de sacrificios constantes a lo largo de 10 años en territorio europeo? Se los dejo de tarea.