Hace una década, eran muy pocos los jugadores que se fichaban por más de 50 millones de euros. Pero con la llegada de los dueños del petróleo a las direcciones de ciertos clubes, asistimos cada vez más a operaciones con montos que oscilan entre 50 y 100 “kilos”, participando así al fenómeno de inflación y sobre valuación de algunos jugadores (sobre todo los de nacionalidad brasileña o española), a pesar del Fair Play financiero que quiere establecer Michel Platini. El francés, a la cabeza de la UEFA, desea equilibrar los gastos de los clubes con sus ingresos, y reducir de esa manera sus deudas. ¿Cómo los grandes clubes pueden seguir pagando sumas importantes en periodo de crisis?
Por Abdellah Guenifa
Diez días después del triunfo alemán en el mundial brasileño, el joven centrocampista colombiano James Rodríguez fue presentado ante miles de hinchas madridistas en el Bernabéu. La estrella de los cafetaleros fue trasladado al Real Madrid por más de 80 millones de euros, casi lo doble de lo que abonó el Mónaco un año antes para disfrutar de su talento, y 4 millones más caro de lo que costó en su momento Zinedine Zidane.
El club de la capital española fichó hace algunos años a CR7 por más de 90 millones de euros y al galés Bale el año pasado por casi 100 millones (más de 100 según el Tottenham). El Real es el equipo más coronado de Europa con diez victorias en la competición más importante del continente. ¿Es absurda la cantidad de dinero que paga el equipo merengue en sus fichajes? No tanto, aunque el Atlético de Madrid alcanzó la final de la C1 con una plantilla que apenas superaba los 100 millones… o sea, el monto de un solo fichaje de un top-player para la Casa Blanca.
La mayoría de los clubes en Europa disponen de un presupuesto que no excede los 100 millones de euros, aún siendo equipos de Primera División de su país. El Madrid tiene un valor de 3.44 mil millones de dólares según la revista americana Forbes, y seguramente será el principal rival a batir por la corona europea esta temporada. Retenga o no su título el equipo de la capital española, la Orejona engalanará nuevamente las vitrinas de uno de los “super clubes”, pues con la diferencia en las nóminas ya es imposible que veamos una sorpresa de algún club mediano o incluso grande de Europa, si es que no entra en esta categoría de los “super clubes”. Antes, podían atraer a los mejores jugadores por su palmarés y su historia (sus sueldos elevados también), pero desde algunos años, lo hacen gracias a sus ingresos procedentes de la publicidad, de los patrocinios y del merchandising.
En el 2013, el Manchester United tenía un presupuesto de 424 millones de euros, de los cuales 178 aproximadamente (el 42 % del total) eran ingresos comerciales. Y todavía firmó un contrato récord con la empresa alemana Adidas que será el patrocinador técnico de los Diablos Rojos por diez años a cambio de ¡750 millones de libras! a partir de la campaña 2015/16. El uniforme con las tres bandas permitirá al equipo del Norte de Inglaterra ingresar 94 millones cada temporada. La compañía también patrocina al Real Madrid por alrededor de 40 millones de euros al año. Los dos equipos gozan de una imagen fuerte a nivel mundial, tanto así que su prestigio y fama les permiten vender 1,400 millones de uniformes cada año.
El margen de la marca alemana se sitúa entre el 40 y el 45 % del precio, y la del club entre el 30 y el 40%. 350,000 playeras de James Rodríguez fueron vendidas en 48 horas, permitiendo al equipo merengue ganar más de 10 millones de euros en dos días, mientras que los demás equipos de Primera División en Europa no suelen ganar más de ese monto con sus contratos comerciales de todo el año. Cada vez se extiende más el hueco entre los “super clubes” y el resto de las estructuras del continente, lo cual parece ya un abuso deportiva y económicamente hablando. Adidas opera a nivel mundial, al igual que el United, Nike y el Barça. Los equipos ya son marcas antes que nada, y las playeras de fútbol ya no son “herramientas visuales” que permiten distinguir a los jugadores adversarios en la cancha (lo que era su objetivo inicial), sino que son accesorios de moda, en los cuales el diseño importa mucho, pero importa aún más el patrocinio que aparece en el pecho. No solo los hinchas lo llevan en el estadio para apoyar a su equipo, sino que gente que no suele acudir a la cancha o que nunca va, también se enfundan el uniforme que está de moda. Hay millones de personas en el mundo que nunca han visto en vivo al Real Madrid y sin embargo portan orgullosamente su jersey. Adidas y Nike viven una rivalidad eterna por disfrutar de la notoriedad y de la imagen de esos clubes, porque lo que importa ahora en el comercio es la experiencia de marca, lo que vive un cliente con su producto. La felicidad permite vender, y eso ya lo entendieron las grandes marcas ligadas al fútbol como Mercedes, que colocó su logo en el autobús alemán simulando la cuarta estrella cuando los campeones recién llegaron a Berlín….