El antiguo clásico de CONCACAF

Muchos años antes de que la selección de Estados Unidos irrumpiera como la segunda potencia de la CONCACAF, México y Costa Rica eran los dos gigantes de la región y, por lo tanto, fue durante mucho tiempo el partido con más rivalidad en esta parte del continente. Desde1990, los estadounidenses no han parado de crecer y a partir de ese mismo año (después de un gran Mundial en Italia), los ticos entraron en una ola de inconsistencia hasta que llegó el 2014 y con ello el mayor éxito en la historia del balompié tico.

Ese aparición en cuartos de final, sumada a la conseguida por los estadounidenses en 2002, representan los mayores logros de la CONCACAF en el presente siglo. México, en cambio, no llega a tales instancias desde 1986, cuando fue el país sede, pero a cambio ha sido el equipo más consistente de la zona en Copas del Mundo, superando la primera fase en seis ocasiones consecutivas.

Cada selección con sus argumentos, reclama el trono de la CONCACAF, y con Brasil 2014 como parteaguas, parece que estamos por primera vez en una época de triunvirato que fue precedido por el dominio de mexicanos y estadounidenses por casi 25 años, y anteriormente por los mismos mexicanos y el equipo costarricense.

Este domingo, uno de los tres principales candidatos al título, se despedirá anticipadamente del campeonato, y todo porque ni aztecas ni ticos fueron capaces de avanzar como líderes de grupo en un torneo que no se caracteriza principalmente por un alto nivel de competencia. Quizá por exceso de confianza o tal vez simplemente por una baja de juego generalizada, el caso es que ambos quedaron a deber muchísimo.

Si cabe, Costa Rica tuvo una primera fase todavía más decepcionante que la de México. Si el Tri falló en su intento por vencer a dos selecciones que, siendo sinceros, no aparecen en el mapa futbolístico mundial, como son Guatemala y Trinidad y Tobago, los ticos dejaron en blanco su casillero de victorias en la fase inicial, y está claro que ni Jamaica, ni Canadá ni El Salvador eran oponentes de primera categoría. Veamos cuál de estos aspirantes al poder regresa a casa con un enorme fracaso en su espalda.

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