Después de los partidos de ida de cuartos de final, todas las eliminatorias están abiertas, por lo cual nuestros partidos imperdibles del fin de semana son los cuatro de la Liga MX en su fase final, máxima que ya todas las ligas europeas están prácticamente definidas.

Tigres, con ese doble trajín que le produce el estar peleando seriamente dos títulos, sacó un empate muy valioso de Torreón, tan valioso que ahora el Santos está obligado a ganar en el Estadio Universitario, o marcar dos goles o más en caso de empate. Los felinos, si juegan con intensidad máxima el juego de vuelta y no piensan en el partido ante Emelec por la Copa Libertadores, tendrán en sus manos el boleto a semifinales.

Al América le basta con cualquier triunfo por un gol para avanzar a semifinales, a menos que ese triunfo sea por 4-3 o más goles, lo cual es poco probable. En el juego de ida, ambos equipos cometieron todos los errores que pudieron haber cometido. De tal manera que el juego de vuelta seguramente será más cerrado y tenso, con un América que deberá buscar el gol del triunfo con muchísima calma, cuidando también no recibir una anotación que los pudiera liquidar.

El Veracruz, tercero en la tabla, está en una situación similar a la del América, aunque un poco más riesgosa porque solamente les sirve el 1-0 y 2-1 para avanzar a semifinales, o, claro está, ganar por dos goles o más de diferencia. Ese gol recibido en tiempo de compensación en Querétaro que tanto hizo rabiar al Maestro Reinoso, podría ser clave en el rumbo de esta eliminatoria.

La eliminatoria más tensa y más cerrada es la que se está escenificando en territorio tapatío. El Guadalajara, frío y calculador como su técnico, mereció mejor suerte en el juego de ida, pero tampoco se desbocó arriesgando, a sabiendas que no recibir gol en casa siempre es importante. La regla del gol de visitante se vuelve estúpida si consideramos que ahora los locales se cuidan más de no recibir goles que de ir a hacerlos. A ver si el Atlas opina lo contrario.