Un Guadalajara-Veracruz de la jornada 6 del fútbol mexicano podría pasar como un partido más de los muchos que hay en esta liga y que se van rápidamente al olvido. Pero cuando está en juego el descenso y uno de los inmiscuidos es uno de los equipos más populares del país, el duelo cobra especial relevancia y adquiere tintes de una final, de los otrora llamados partidos de seis puntos.

Carlos Reinoso conoce el sabor especial de enfrentar a las Chivas. Es más, él es uno de los más grandes antichivas debido a su apasionado americanismo. Hoy, sentado en el banquillo del Veracruz, ha iniciado el torneo de la mejor forma posible para un club con problemas porcentuales, ganando en casa y sumando como visitante, invicto después de cinco jornadas y metiendo presión a sus rivales directos.

Del otro lado, está José Manuel De la Torre, también un símbolo del Guadalajara desde su etapa como jugador y campeón de liga como técnico, conoce las entrañas del club y aunque ya perdió dos partidos en este inicio de campeonato, ha logrado algo que las Chivas no conseguían desde que inauguraron su estadio en 2010: está haciendo valer su condición de local.

Aunque aún falten 12 fechas para el final del campeonato, el vencedor de este partido habrá dado un paso gigante, si no es que definitivo, en su lucha por evitar el descenso.