Padres, hijos, futbol…

261862_heroa

Muchas han sido las historias de padre e hijo futbolistas. Misma profesión, misma sangre y mismo apellido. En Sudamérica destacan los casos de los Forlán y los Verón (Bruja y Brujita), y ahora Giovanni Simeone, el hijo del Cholo que ha seguido sus pasos en River. Thiago y Rafinha son hijos del brasileño campeón mundial en 1994, Mazinho. Pero vayamos a Europa y cerremos con un mexicano que triunfa precisamente en el Viejo Continente. ¡Feliz día del padre!  

Maldini. Cesare fue un exitoso jugador y entrenador de fútbol en Italia, pero su hijo Paolo superó todo lo imaginable y también lo inimaginable, al grado de convertirse en uno de los mejores defensores en la historia del futbol. De los 16 a los 40 años defendió una sola camiseta, la del glorioso Milan, y ganó todos los trofeos posibles a nivel de clubes. Lo único que le faltó en su palmarés fue una Copa del Mundo, e Italia la ganó justamente en el primer Mundial que jugó después del retiro internacional de Maldini.

Cruyff. Por su talento como jugador, su visión como entrenador, su inteligencia como directivo y su habilidad como empresario, el recientemente fallecido Johan dejó un legado impresionante en el futbol mundial. El Barcelona, ese mismo equipo al que hoy todos adoran, fue un equipo del montón a nivel europeo antes de Johan Cruyff. Fue el amor por ese club que hizo a Johan bautizar a su primogénito con un nombre catalán, aunque la carrera de Jordi nunca tomó vuelo.

Busquets. Hijo del eterno suplente de Andoni Zubizarreta, Sergio Busquets nació, literalmente, con la camiseta del Barcelona. Su padre Carles perteneció al Dream Team de principios de los 90’s, pero nunca se pudo consolidar como titular. Sergio no quiso saber nada de la portería y optó por el mediocampo, del cual se adueñó prácticamente desde su debut con el equipo catalán y, posteriormente, con la selección española, con la que ya alcanzó la gloria mundial.

Blind. El padre es una leyenda del Ajax, ganó todo con el equipo de Ámsterdam, desde el menor de los títulos locales hasta la Champions League de 1995. Danny es el papá, Daley el hijo. Derecho y clavado en la defensa central el progenitor, zurdo y polivalente el vástago. Ambos han alcanzado el máximo honor para un futbolista: representar a su país, Holanda, en una Copa del Mundo.

Schmeichel. Seguramente Kasper aprendió muchos secretos de la portería, secretos valiosísimos al venir directamente de su padre, el legendario guardavallas del Manchester United. El éxito profesional de los Schmeichel es irreprochable, ambos campeones de la Premier League (si cabe, mayor mérito el del hijo por haberlo logrado con el pequeño Leicester City) y seleccionados nacionales de Dinamarca.

Hernández. Por las venas de Javier Hernández corría sangre futbolera desde que nació. Por el lado materno, su abuelo Tomás Balcázar fue un reconocido futbolista del Guadalajara y de la selección nacional, con la que disputó el Mundial de Suiza 54. Su padre ejerció la misma profesión y también jugó una Copa del Mundo, la de 1986. Chicharito ya lleva dos. Participó en Sudáfrica 2010 y también en Brasil 2014, marcando al menos un gol en ambos torneos. Tres generaciones de esta distinguida familia tapatía han estado presentes en una Copa del Mundo. Y aunque el delantero del Leverkusen aún no es padre, ya podemos imaginar a la cuarta generación en el rectángulo verde.

Mailing 21.5x28

Deja una respuesta