Detrás de una carrera

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Por Adrián Ojeda

A partir de este fin de semana, con el regreso de los autos a las pistas y con el encender de los motores, 21 ciudades privilegiadas comenzarán la cuenta regresiva para su cita con el apasionante mundo de la Fórmula Uno.

De Melbourne a Abu Dhabi. El campeonato de Fórmula 1 es cada vez más exigente y extenuante para los pilotos. 9 meses y 21 carreras es el camino que se tiene que recorrer para buscar el título mundial, hoy en manos del inglés Lewis Hamilton. Los conductores ahora son trotamundos, los países se pelean por una fecha del calendario y los espectadores son capaces de pagar una fortuna por un fin de semana lleno de velocidad, fiesta y glamour. La aventura comienza en Marzo en Australia y terminará por allá de Noviembre, en el lujoso circuito de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos.

La joya de la corona. Por varias razones, el de Mónaco es el GP más emblemático del calendario. En gran parte, fue gracias a las carreras en el Principado que la F1 pasó de ser una simple competencia, a todo un Gran Circo que entremezcla alfombras rojas, fiestas, glamour, champagne, belleza y velocidad. Además, el trazado del circuito es el más complejo y peligroso para los pilotos por la angostura de las calles de Montecarlo. Es allí donde afloran las habilidades de los pilotos más que la máquina del coche, al tiempo que el espectador contempla en el fondo cientos de yates anclados. No en vano, Mónaco es la única sede que no paga por tener la sede de un Gran Premio.

El favorito de las celebridades. Las cámaras de televisión usualmente no lo captan, pero el fin de semana de la competencia monegasca, la fiesta traspasa los límites y ese es uno de los principales motivos por los que la lista de celebridades que han acudido a Montecarlo es interminable. En los últimos años han aparecido por las calles, balcones y yates de Mónaco estrellas como Quentin Tarantino, Cameron Díaz, Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Paris Hilton, Will Smith, Kendall Jenner, Cara Delevingne, los integrantes de One Direction, Mark Ronson, Cristiano Ronaldo, Eric Clapton, Antonio Banderas y, por supuesto, toda la Familia Real de Mónaco, encabezada por el Príncipe Alberto.

Los tradicionales. La primera temporada en la historia de la F1 data de 1950. Desde aquella campaña inaugural, solamente 4 Grandes Premios se han mantenido vigentes hasta nuestros días: Bélgica, Mónaco, Italia y Gran Bretaña, siendo estos dos últimos los únicos que se han celebrado de manera ininterrumpida desde hace 66 años. Para los amantes del automovilismo, Spa-Francorchamps, Montecarlo, Monza y Silverstone son pistas legendarias por las que han corrido los más grandes pilotos de la historia. Incluso desde la década de los 20’s, mucho tiempo antes de la fundación de la Fórmula Uno, ya se habían celebrado carreras de autos en estos cuatro circuitos, aunque su continuidad se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial.

La mejor afición. En 2015, el Gran Premio de México fue elegido por los propios pilotos como la mejor carrera del año, y mucho tuvo que ver la afición mexicana en eso. El espectacular ambiente del Autódromo Hermanos Rodríguez dejó maravillados a los conductores, que así lo manifestaron tantas ocasiones como pudieron. Gracias a la visión y el apoyo de Carlos Slim, México volvió a aparecer en el calendario de la temporada automovilística por primera vez en 23 años. Y la gente respondió con ese entusiasmo y esa hospitalidad que nos caracteriza a los mexicanos. Desde ahora nos frotamos las manos para la carrera de este 2016, en la que la afición mexicana habrá de confirmarse como la más apasionada de este deporte.

Los más exóticos. Mucho ha cambiado la Fórmula 1 desde su época de oro, aquella en la que Ayrton Senna y Alain Prost arrastraban masas por su carisma y esa enconada rivalidad, y uno de los cambios más significativos se puede ver en el calendario de carreras. En 1994, año en que Senna murió, Japón fue la única nación asiática que albergó un GP. Era una F1 más tradicional, más ortodoxa. Dos décadas después, las cosas han cambiado. En 2016, nada menos que seis países asiáticos albergarán un Gran Premio: Bahréin, China, Japón, Malasia, Singapur y Emiratos Árabes. Los petrodólares se han encargado de seducir a los dirigentes de la F1 para hacer posible esta tremenda expansión, desde que en 2004 Bahréin albergó el primer GP de la historia en el Medio Oriente.

Una nueva era. Cuando China emergió como una gran potencia mundial, el deporte de elite volteó sus ojos hacia el nuevo gigante y llegaron los grandes eventos: Masters de Tenis, Mundiales de Atletismo y Natación, Juegos Olímpicos y, por supuesto, la Fórmula Uno. El GP de China tiene un significado mucho más profundo que el simple hecho de ser sede de un evento deportivo. En cierta forma, la Fórmula Uno, en una estrategia claramente comercial, ha ido de la mano con el desarrollo de países emergentes y China fue el parteaguas en 2004 para que la FIA comenzara a considerar a países que no tenían tradición en el deporte motor pero que obtuvieron la sede gracias a su prosperidad económica y al cumplimiento con las exigencias de un evento de clase mundial.

El regreso esperado. Durante muchos años, Estados Unidos y la F1 mantuvieron una distancia en sus relaciones. Uno de los motivos principales para que los estadounidenses no pusieran demasiado empeño en llevar a su tierra la máxima categoría, es que tienen todo tipo de categorías automovilísticas y creían que su mercado interno era lo suficientemente fuerte para hacer de la Nascar, Indy Car, Fórmula Cart y demás, categorías exitosas en la parte deportiva y económica. Los llenos en los óvalos y circuitos, y las espectaculares carreras a casi 400 km/h les dieron la razón. Pero también supieron que ese modelo no estaba peleado con la F1 y fue en 2012 que el Gran Circo regresó a suelo norteamericano con Austin como sede, dejando atrás la época de Indianápolis que culminó en 2007.

Las novedades. El último país en integrarse al calendario de la F1 ha sido Azerbaiyán, que debutará en este 2016 pero curiosamente lo hará bajo el nombre de Gran Premio de Europa, una carrera que tuvo varias sedes a lo largo de su historia, hasta que en 2012 salió del calendario. Este año, el circuito de Baku será testigo del renacer de esta carrera. El segundo GP más joven es el de Rusia, que apenas tendrá su tercera edición. Llama la atención que un país de esa magnitud no haya aparecido en el calendario sino hasta 2014, en parte por el régimen comunista que se mantuvo en ese país durante décadas, y en parte también por su poca tradición automovilística.

 

 

 

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