Monterrey vs Tigres: regia y pambolera tradición

Monterrey, Nuevo León. Ciudad de las montañas. Tierra caliente. Aire con aroma a carbón, cabrito y carne asada. Se respira progreso, industria y se pronuncia trabajo. Se desayuna, se come y se cena… fútbol.

Por las calles regias se palpa, día a día, la inmarcesible rivalidad de los dos equipos de la ciudad. Ciudad que se encuentra claramente dividida por los equipos de sus amores. La pasión se vive en la calle, en las casas, en las azoteas y, cuando llega el ansiado fin de semana, se grita en las abarrotadas tribunas de los estadios regiomontanos.

En el fútbol mexicano se habla en demasía de los famosos “cuatro grandes”, equipos capitalinos y un agregado histórico apodado como “El Rebaño”. Lo cierto es que, en mi humilde opinión, en este país no existe ningún equipo grande ya que en nuestro balompié reina una indiscutible inconsistencia, lo cual no es sorpresa ni para propios ni extraños puesto que también gozamos (o sufrimos) de ella económica, social y políticamente hablando en México, y lo único que nos queda por aplaudir, aún, es la tradición.

Si hablamos de tradición el fútbol regio no puede quedarse atrás. El enfrentamiento entre ambas instituciones, no solamente dentro de la cancha, predomina y rige la cotidianidad en aquella tierra. Compadres, amigos, familiares, compañeros, vecinos y conocidos se dividen cuando se trata de polemizar y debatir por decidir cuál equipo es el grande de la ciudad. Cada fin de semana, normalmente alrededor de las 7 de la noche, la ciudad se paraliza y lo único que se escucha son las tribunas con singular estruendo, los corridos en las calles, los acordeones resonando y, sin duda, el carbón asando deliciosos cortes de la mejor carne que son acompañados por sus respectivas «frías».

No existe clásico más pasional dentro de nuestro país. No existe una rivalidad tan auténtica, pura y grande como la que protagonizan la afición felina y rayada. La felicidad de cada semana puede depender, plenamente, del resultado del equipo durante la jornada. Una sonrisa y un fin de semana “tranquilo y redondo” dependen de 3 puntos. ¿Los protagonistas dentro de la cancha? Actualmente: Gignac, Avilés Hurtado, Jesús Dueñas, Nahuél Guzmán, Funes Mori, Enner Valencia, César Montes, Juninho, Leonel Vangioni, Torres Nilo, José María Basanta, Javier Aquino, ‘Pato’ Sánchez, etcétera. Simple y sencillamente las dos mejores plantillas del fútbol nacional, que cuando saltan al terreno de juego endulzan y engrandecen la calidad del torneo regular mexicano.

 

 

Por la casa albiazul y la auriazul han desfilado grandes leyendas. Íconos que dejaron huella dentro y fuera de la cancha. Arnulfo Avilán, Ignacio ‘Gallo’ Jáuregui, Mario Mota de Souza (mejor conocido como ‘Bahía’), Claudio Suárez, ‘El Diablo’ Nuñez, Walter Gaitán, Jesús ‘El Cabrito’ Arellano, Antonio ‘El Tano’ De Nigris, Jonathan Orozco, Antonio Mohamed, Rubén ‘La Bomba’ Ruíz Díaz, Humberto ‘Chupete’ Suazo, Luis ‘Matador’ Hernández, Missael Espinoza, Gabriel Martelloto, Claudinho, César Delgado, Jesús Olalde, Robert Siboldi, Daniel Pasarella, Nery Pumpido, Ricardo ‘Tuca’ Ferretti, Victor Manuel Vucetich, Ricardo Lavolpe, entre otros. Un verdadero monumento de calidad, pasión, entrega y amor por los colores.

En palabras de Jonathan Orozco, ex arquero e ídolo rayado: “Es especial estar dentro de la cancha del vecino. Las mentadas de madre de los 45 mil aficionados rivales sólo me motivan. Me gusta esa conexión con la afición contraria. Disfruto cada segundo y me siento privilegiado de poder jugar un clásico. Esto me encanta, es mi vida. El clásico para mí es una final. Fue mi sueño desde niño defender estos colores”. Y así es, la carrilla de 6 meses donde hay que aguantar burlas del aficionado al equipo rival se definen en esos 90 minutos que la ciudad vive con singular amor y pasión por los colores. No hay fecha que se espere con más ansias que la elegida para celebrar un choque más entre los Rayados de Monterrey y los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

 

 

¿Qué equipo predomina y manda en la ciudad? Es cuestión de historia y de gustos. Sustentando la respuesta en datos, estadísticas, títulos, reconocimiento mundial, triunfos en partidos importantes, liguillas e identidad, sí existe un equipo grande en Nuevo León y es homónimo de la capital del estado, equipo nacionalmente conocido como La Pandilla’ del Monterrey. Pero esto es lo bello del deporte más hermoso del mundo, la polémica, la pasión, y sin duda alguna en el norte del país radican dos de los mejores equipos de la Liga MX, competición que ha sido dominada en gran parte por los equipos regiomontanos durante la última década.

En cuestión de infraestructura se resume en que el Monterrey es el quinto club más valioso de América, según un análisis realizado por Forbes México. Con un valor de 270 millones de dólares, los Rayados aparecen como el segundo club mexicano mejor colocado en el listado, por debajo del Guadalajara, que vale 273.1 millones de dólares. Los primeros tres lugares del ranking son ocupados por clubes brasileños.

Hablando de tradición, “La Pandilla” no ve cerca ser superado por su eterno rival puesto que la antigüedad del mismo ha llevado a que, generación tras generación, la herencia del amor por el equipo de las grandes rayas azules y blancas predomine en grandes y pequeños. No existe aficionado más orgulloso que el aficionado regio pero no existe amante del balompié más fiel y pasional que aquél que lleva tatuado el fútbol desde la cuna.

Ante la reciente oleada de grandes éxitos y espectaculares contrataciones por parte de la escuadra de la UANL, los Tigres, han ido ganando terreno, no sólo regional sino nacionalmente, en cuestión de número de aficionados. Los cuatro grandes de la Liga MX comienzan a ser espectadores en primera fila del auge del fútbol regiomontano. Citando parte de la letra del himno del club rayado: “Laten bajo nuestras camisetas, corazones de muy buena ley, por eso nos sentimos orgullosos, de pertenecer al Monterrey». Arriba el norte y si no me creen… ahí está el mapa.

 

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