¿Por qué no somos Alemania?

Con el título de la Copa Confederaciones, Alemania ha acaparado prácticamente todos los trofeos importantes que tenía a su alcance, con excepción de la Eurocopa. Ya tenía en su haber la Copa del Mundo, y en un lapso de solamente dos días, conquistó el Europeo Sub-21 (un torneo de muchísima categoría si repasamos los nombres de cada selección, y en el que pueden jugar hasta los 23 años), y la mencionada conquista en territorio ruso, con un equipo al que le faltaban las grandes estrellas del fútbol teutón: Özil, Neuer, Kroos, Reus, Müller y compañía.

Se concretó el título de los alemanes apenas unas horas después de que México se quedara a unos segundos (otra vez) de dar un salto importante de calidad venciendo a Portugal y quedándose con el tercer puesto. Entonces, vinieron las voces: ¿Qué tan lejos está México de Alemania? ¿Qué han hecho los alemanes para conseguir este éxito rotundo a nivel de selecciones? ¿Por qué no somos como ellos? Bueno, ya se los diré.

La selección de México no es como la de Alemania, primero que nada, porque el deporte suele ser el fiel reflejo de la situación de un país. Porque si en la sociedad alemana no hay trampas, en el fútbol tampoco. Si generalmente no hay corrupción en la esfera política, ¿por qué habría de haberlo en el deporte? Si los comercios de Alemania no necesitan rejas para protegerse de los delincuentes, sus estadios tampoco las requieren para evitar un choque entre fanáticos. Si un trabajador alemán no se inventa un pretexto para no ir a trabajar, el futbolista tampoco se inventará una falta que no le cometieron para perjudicar, deshonestamente, al rival. Si al germano se le encomienda una labor, la realizará sin necesidad de tener a un supervisor respirándole en la nuca.

Y ese sentido del orden, del trabajo, de la disciplina y de la competitividad, lo llevan de la vida a la cancha. Y lo hacen de manera natural, porque han nacido con ese ADN. Ellos llevan 11 años con el mismo entrenador (y vaya que en ese periodo han tenido derrotas duras), han trabajado e invertido para mejorar el nivel de su liga, que siempre tiene los estadios a su máxima capacidad, hicieron un proyecto a largo plazo en divisiones inferiores, y sobre todo, tienen una cultura ganadora. Que no viene de hoy ni de ayer. Y que para arraigar en México tendríamos prácticamente que rehacer nuestra historia.

¿Cómo pretendemos ganar una Copa del Mundo si en el mismo periodo en el que Joachim Löw ha dirigido a la selección alemana, son siete los entrenadores que han dirigido a México? ¿Si en nuestra máxima categoría se acaba de desafiliar a un equipo que no pagaba los sueldos a sus jugadores? ¿Si cada seis meses hay un nuevo equipo en la liga de ascenso, dando al traste con una estructura que abarque todas las divisiones? Y sobre todo, ¿cómo pretendemos ser como los alemanes, si muchos de los aficionados mexicanos que critican ese sistema, son los primeros que en su vida cotidiana sobornan, insultan, agreden y roban… «aunque sea poquito»?

Deja una respuesta