Un título agridulce

Por ADRIÁN OJEDA

México recuperó el dominio del área de CONCACAF, dentro y fuera de la cancha. Dentro, porque a pesar de todo lo que ocurrió, el equipo supo aprovechar las situaciones que se fueron dando a su favor durante el desarrollo de la Copa. y fuera. porque siempre jugó con estadios prácticamente llenos, como si estuviera de local, y porque la camiseta pesó incluso en los escritorios. No es que esté bien, pero son unas por otras. Muchas veces México ha sido el afectado. Ahora fue al revés.

Costa Rica y Panamá son a la CONCACAF lo que México a la FIFA. Porque así como ahora fueron acuchillados ticos y canaleros, el Tri lo ha sido en las dos últimas Copas del Mundo: un gol en clarísimo fuera de lugar le abrió el camino a Argentina a la victoria en los octavos de final de Sudáfrica 2010, y cuatro años después en Brasil, el multicitado penal de Márquez a Robben. Ya si nos vamos más atrás, un error arbitral privó a México de avanzar a semifinales en el Mundial de 1986, siendo anulado un gol legítimo del Abuelo Cruz en el duelo ante los alemanes.

También en las eliminatorias México ha sido atracado. Basta con recordar el empate a dos goles en San Pedro Sula en Marzo de 2013. Me queda claro que lo de ahora fue descarado, y por eso levantó más polémica. No fue un solo error arbitral, sino varios sucediéndose unos tras otros, y esto indignó a las federaciones afectadas y al resto de la CONCACAF. Por supuesto que esto no debe volver a ocurrir en el futuro, pero tampoco debió haber ocurrido en el pasado y tampoco debe ocurrir en Copas Mundiales de la FIFA, donde México y otros equipos que no están en el primer plano a nivel mundial, han sido afectados.

El título deja entonces un sabor agridulce. Por un lado, la satisfacción de haber conseguido la séptima Copa Oro y de paso alejarse a dos en esa particular rivalidad con Estados Unidos, que tiene cinco títulos. También valió para conseguir ese medio boleto a la Copa Confederaciones, que se tendrá que consumar el próximo 9 de Octubre precisamente ante los norteamericanos.

Por el otro lado, la amargura de haberlo hecho con esa sucesión de fallas arbitrales, siempre a favor del Tri. Pero aún en la victoria, me quedo con la postura de varios seleccionados y aficionados que expresaron su inconformidad por ganar de esa forma. Nunca escuché un hondureño indignado por haberle empatado a México con ese penal inexistente en la eliminatoria pasada, pero sí vi una gran reacción de los mexicanos sintiéndose incómodos por esa forma de ganar. Espero que esto sea un mensaje de que estamos cansados de las trampas y las cosas sucias, sean a nuestro favor o en nuestra contra, sea en el futbol, o en la sociedad, o en la política. Si esto sirve para enviar un mensaje de rectitud, honradez y juego limpio, ojalá que llegue a todas las esferas y no se quede solamente en el futbol.

Deja una respuesta