Solamente es cuestión de que Chile y Argentina hagan su tarea y confirmen su favoritismo en las semifinales derrotando a Perú y Paraguay respectivamente, y entonces habrá final soñada en la Copa América, al menos la final que ha soñado todo el pueblo chileno: ver a su selección disputar el título ante el subcampeón mundial y por ende el mejor equipo sudamericano de la actualidad, comandado por el mejor jugador del mundo.

Chile-Perú nunca es un partido más. Se trata de El clásico del Pacífico, una rivalidad que data de hace más de 80 años y 152 partidos. El de este lunes en Santiago será el número 153 y uno de los más importantes de los últimos años, pues ambas selecciones buscan romper una larga racha sin alcanzar la final continental. Los chilenos, que nunca han ganado el certamen, aparecieron por última vez en una final hace 28 años. La sequía de Perú es aún más larga: fue en 1975 la última vez que llegaron a una final y además conquistaron su segunda y última Copa venciendo a Colombia. Los peruanos están ante la complicada misión de eliminar al anfitrión y lo harán con la historia en contra: solamente dos veces han ganado un partido oficial visitando a Chile, el último hace 30 años en las eliminatorias para México 86.

Más peso histórico en contra tienen los paraguayos frente a Argentina, a la que nunca han podido vencer en 23 enfrentamientos en Copa América. Los ches ganaron 18 partidos y empataron 5, incluyendo el de hace apenas dos semanas en La Serena, en la primera fase de este mismo torneo. Pero los argentinos también tienen un fantasma que superar de cara a la semifinal del martes: hace 22 años que no ganan un trofeo internacional a nivel de selecciones mayores. Su última gran conquista fue en Ecuador 93, y desde entonces perdieron dos finales de América y una del mundo, el año pasado en Brasil. Le urge un título a Argentina. Y con Lionel Messi a la cabeza, no pueden dejar pasar esta oportunidad.