¿Quién dijo que el futbol y la literatura no se llevan bien? Hoy recordamos a Eduardo Galeano, quizá tardíamente, a mes y medio de su fallecimiento. Este escritor y periodista uruguayo, un intelectual en toda la extensión de la palabra, llevó su pasión por el futbol al terreno donde mejor se desempeñaba: las letras.

Escribió más de 40 libros y en varios de ellos tocó el tema del futbol, pero fue en 1995 que publicó su obra maestra relacionada con el deporte que amaba: «Futbol a sol y sombra». Desde ese momento, el libro se convirtió en un referente para miles y miles de aficionados, quienes se sintieron identificados y atraídos por las seductoras frases que utiliza el maestro uruguayo en su obra.

«El gol es el orgasmo del futbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la sociedad moderna». Esta frase la acuñó Galeano en el mismo libro en el que además dice que los domingos son campos de melancólicos. Y es que Galeano no tuvo que salirse de sí mismo para escribir, pues fue un hincha confeso y apasionado del Nacional de Montevideo, y precisamente esa pasión permitió que fluyeran naturalmente todos sus pensamientos y los pudiera plasmar en su obra.

«Todos los uruguayos nacemos gritando gol y por eso hay tanto ruido en las maternidades, hay un estrépito tremendo. Yo quise ser jugador como todos los niños uruguayos. Jugaba de ocho y me fue muy mal porque siempre fui «pata dura». La pelota y yo nunca pudimos entendernos, fue un caso de amor no correspondido. También era un desastre en otro sentido: cuando los rivales hacían una linda jugada yo iba y los felicitaba, lo cual es un pecado imperdonable para las reglas del futbol moderno». Eduardo Galeano, en el prólogo de «Futbol a sol y sombra».