Hacer las cosas bien

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Por ADRIÁN OJEDA

Con un gran plantel, un técnico súper experimentado, una afición de primera categoría y un fútbol efectivo y no en pocas ocasiones vistoso, Tigres parece haber encontrado la fórmula perfecta para poner muy en alto el nombre del fútbol mexicano en la actual edición de la Copa Libertadores.

Estos mismos Tigres quedaron eliminados en el repechaje de la Copa Libertadores 2012, cuando cayeron en doble duelo ante la Unión Española de Chile. Las críticas arreciaron entonces contra el técnico Ricardo Ferretti, quien optó por jugar con suplentes aquella eliminatoria aduciendo que querían darle prioridad al torneo de Clausura, en el que tenían que revalidar el título conseguido mes y medio antes.

¿Qué ha cambiado desde entonces? Para nadie es un secreto el poderío económico que ostenta desde hace muchos años el cuadro norteño, por lo cual su plantel es tan rico y amplio ahora, como lo era hace tres años. El entrenador es el mismo y la afición es tan fiel y entregada como siempre. Pero la imagen actual de los Tigres en Sudamérica no se parece nada a la que proyectaron en aquella efímera y triste participación del 12.

Desde un principio, desde el minuto uno de este torneo internacional, se vio cuál era la apuesta de los Tigres. Mandaron un mensaje a México y a todo el continente de que esta vez no irían solamente a participar, sino a competir y a pelar por el campeonato. Está claro que no todos los clubes mexicanos tienen la capacidad ni los recursos para plantarse en el Cono Sur y competirle a los mejores equipos del continente. Pero los que pueden hacerlo, no más de cinco, ¿por qué no siempre lo hacen? ¿Por qué han dejado ir tantas oportunidades de gloria?

Jugar con lo mejor que tienes y darle toda la seriedad a este torneo, como se la dan en Sudamérica, no garantizan el título. Lo que sí garantiza es aumentar muchísimo las probabilidades de éxito, y por lo tanto de dinero y de prestigio, que es lo que  al final buscan todos los equipos.

El resultado está a la vista de todos. De no ser por una primera fase espectacular e histórica de Boca Juniors, que ganó sus seis partidos y prácticamente todos por goleada, los Tigres pudieron haber culminado como el mejor equipo de esta ronda. Al final los felinos quedaron segundos en la siembra, y eso les da muchas ventajas para las rondas de matar o morir. Mención aparte merece el profesionalismo del equipo para ir a Perú a ganar, cuando ya estaban clasificados y sabían que un empate suyo podía eliminar a River Plate y quitárselo de una vez del camino.

Cuando se hacen bien las cosas, todo es muy diferente. Qué diferencia, señores, entre los tristes Tigres del 2012 y los temibles Tigres del 2015. Y pensar que lo único que cambió fue la seriedad y la importancia que le dieron al torneo…

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