Del cielo al infierno

zully_2

En la temporada 1982-83, el Puebla de Manuel Lapuente y el Guadalajara de Alberto Guerra disputaron el título del futbol mexicano tras vencer en semifinales a la U. de G. y al América, respectivamente. El problema es que los jaliscienses llegaron diezmados por la histórica batalla campal que protagonizaron con su odiado rival, de tal suerte que varios jugadores suspendidos no pudieron participar en la final.

Tras derrotar 2-1 al Puebla en el partido de ida, con goles de Sammy Rivas y Demetrio Madero, descontando Ítalo Estupiñán por los poblanos, las Chivas viajaron al Cuauhtémoc para el partido definitivo. En ese duelo, el Puebla se impuso por 1-0 con una anotación de Teodoro Orozco, por lo cual, con el global empatado, hubo que recurrir a la tanda de penales. Fue de esa peculiar y dramática forma que en aquel lejano 1983, la Franja poblana se alzó con su primer título de liga al vencer al Rebaño por 7-6 en los disparos desde el punto penal.

Hoy en día, las realidades de ambos conjuntos son muy distintas. Por más que hayan mejorado en esta temporada, las Chivas han dejado de ser el equipo que intimidaba y que imponía respeto y admiración, mientras que el Puebla nunca volvió a ser el equipo carismático y ganador que forjó en la década de los 80´s. Incluso, después de esa época dorada, los Camoteros han sufrido dos descensos.

José Manuel De la Torre, hoy técnico del Guadalajara, brilló y fue campeón con el equipo poblano en la 89-90, junto a Jorge «Mortero» Aravena, Carlos Poblete, Edivaldo, el «Chícharo» Hernández y Roberto Ruiz Esparza, poco tiempo después de haber ganado un título con las Chivas y de haber regresado de España, donde jugó para el Oviedo.

Eran tiempos en los que tapatíos, poblanos y el «Chepo» rozaban el cielo, y ahora, casi tres décadas después, el destino los vuelve a unir, pero con otro objetivo, muy claro y muy distinto al que tenían en los ochenta: la supervivencia.

Deja una respuesta